Un gran porcentaje de las
empresas del país son familiares, convirtiéndose en las generadoras de la mayor
fuerza laboral, así mismo, estas empresas son las más sensibles a sobrevivir
ante cambios generacionales. En realidad existen varias causales de la no
continuidad de las empresas familiares (EF) en el tiempo.
- Incapacidad de equilibrar de forma óptima la necesidad de liquidez de la familia y la necesidad de efectivo de la empresa.
- Dificultad de encontrar capital para crecer sin diluir la participación de la familia en el control total de la propiedad.
- Deficiente planificación patrimonial.
- Falta de voluntad por parte de la generación anterior para renunciar a la propiedad o a la dirección en el momento oportuno.
- Incapacidad de atraer y/o retener a unos sucesores o altos ejecutivos competentes.
- Conflicto sin solución entre la mentalidad de la familia, la directiva, y la empresa.
- Rivalidad desenfrenada entre hermanos.
A pesar de lo anterior,
existen fortalezas propias de estas compañías dentro de las cuales la más
sobresaliente es el clima peculiar que genera el sentido de pertenencia. A
pesar de ser una característica intangible, se manifiesta en una cantidad de
cualidades concretas y positivas que pueden servir para proporcionar a la empresa
una ventaja competitiva.
Los fundadores sienten
pasión por su empresa, pues es su creación, por lo cual lo alimentan, impulsan
su desarrollo y en algunos casos, el negocio de su vida. Esta profunda afición
se traduce en dedicación y compromiso, lo cual se extiende a todos los miembros
de la familia (con sus excepciones) que tienen un responsabilidad familiar en
común, por lo cual están dispuestos a consagrar más tiempo y energía en el
trabajo. Esta fuerza oculta se manifiesta permanentemente a los clientes bajo
la forma de una atención más cordial, esmerada y un nivel de servicio más alto.
La otra fortaleza puede y
debe ser el compromiso de la familia para que la compañía pase a otras
generaciones. Lo importante es que los empresarios familiares no sólo se
enfoquen en mantener el compromiso de los miembros de la familia únicamente,
sino en todos aquellos que ejercen una influencia directa en la organización,
como los trabajadores y accionistas.
Luchar por el sostenimiento
de la organización o el incremento de las personas con el futuro, sólo es
posible identificando sus intereses individuales en cada uno de los ámbitos de
las Empresas Familiares, los cuales son explicados en el Modelo de tres (03)
esferas de David John y Renato en un estudio para Harvard Business School:
Esfera de la Empresa, Esfera de la Familia, Esfera de la Propiedad (en una
próxima publicación abordaré este estudio).
En el ámbito financiero, el
buen o mal manejo del patrimonio familiar, sin duda, es el factor definitivo
para que una empresa muera o perdure en el tiempo. Y la gran amenaza es mezclar
el patrimonio de la familia con el de la empresa. La familia debe tener claro
cuáles son los indicadores con los que se va a medir el desempeño económico de
la empresa, así como hacer explícitas las competencias, habilidades y destrezas
internas para lograr un excelente desempeño financiero.
El dinero en la empresa
familiar se debe manejar en función de la estrategia del negocio y depende del
flujo de caja para determinar en qué se debe invertir. Hay que analizar la
liquidez, seguridad, rentabilidad y riesgo, que están determinados por las
necesidades de todo el órgano de la familia.
En definitiva, una familia
que quiere mantener la estabilidad de la empresa al mismo tiempo que su
armonía, debe buscar ayuda de profesionales externos, ya que todas tienen
realidades particulares y de seguro serán manejados de mejor manera si
intervienen profesionales que no tengan vínculos afectivos ni laborales con la
empresa. Asesorarse bien, estar aleta a los cambios del mercado, aplicación de
nuevas tecnologías, son factores fundamentales para lograr la continuidad de la
empresa familiar.
“Seis días trabajarás, y al séptimo reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva y el extranjero – Éxodo 23:12”
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